Tòfones i bolets

“Lo que más valoro de Laumont como recolector profesional de setas es que siempre está ahí”

“Lo que más valoro de Laumont como recolector profesional de setas es que siempre está ahí”

Podríamos decir prácticamente que Rubén Monforte nació con unas setas debajo de su almohada. Desde pequeño, la naturaleza formó parte importante de su vida y aun siendo niño una de sus principales diversiones era ir a buscar setas al bosque con su cesta. Con el paso de los años, estos hongos han ido formando parte de su vida, hasta convertirse en un recolector de setas profesional, colaborador habitual de Laumont desde hace más de 20 años. Si quieres conocer como es la vida de un profesional que trabaja en el bosque recolectando setas, no te puedes perder esta entrevista

En primer lugar… ¿te puedes presentar?

Soy Rubén Monforte, tengo 40 años, soy de la zona de la comarca Gúdar Javalambre en Teruel y principalmente trabajo en la madera, sacando madera del monte para una serrería.

Además de trabajar en la madera, también eres un gran amante de las setas, con dedicación profesional. ¿Desde cuándo te dedicas al sector de las setas?

Dedicándome a las setas, llevo desde el día que empecé a andar. Me lo involucró mi madre, sobre todo. Recuerdo una anécdota de cuando era muy pequeño que siempre me contaba mi madre: un día me dio una cesta y me dejó solo ir al monte. Y me dijo “tú cuando llenes la cesta me la traes a casa”. Y horas más tarde llegué con la cesta llena de setas y le dije a mi madre “¡mira mamá si he encontrado robellones!”, y ella revisó y no había ni un robellón… Mira si empecé temprano que no sabía ni diferenciar robellones.

Te dedicas profesionalmente a las setas. ¿Nos puedes contar como es la vida y el día a día de un recolector profesional?

Cuando es temporada de setas pido excedencia en el trabajo. Lo tengo hablado con mi jefe y no tengo ningún problema: mientras haya setas, yo me voy a las setas.

¿Qué setas abundan en tu zona?

En primavera está principalmente el perrechico y la colmenilla. Y luego en otoño ya hay más variedad, pero lo que más tenemos es robellón.

¿Te consideras afortunado por poder trabajar en el sector de las setas?

¡Por supuesto! Para mí no es ningún trabajo ir a buscar setas. A ver, es muy pesado ir a buscar setas día tras día… pero como a mí me gusta tanto, yo lo tengo como una afición, aparte que me da dinero… ¿Qué más quiero? [risas]

Rubén Monforte, recolector profesional de setas

¿Y qué es lo que te gusta más de ser recolector de setas?

La incertidumbre. Por la noche, cuando te acuestas, empiezo a darles vueltas: “¿dónde iré mañana?”, “aquel trozo no he ido”, ¿habrán salido más?... Lo que me gusta es no saber lo que te vas a encontrar el día siguiente.

Tus dos trabajos están íntimamente relacionados con el bosque… ¿te imaginas trabajando en algún sitio que no sea en plena naturaleza?

Yo, en un sitio cerrado, sería imposible… es que siempre trabajo en la naturaleza.

¿Compensa tener un trabajo tan físico como el tuyo con el hecho de estar rodeado de naturaleza todo el día?

Sacrificio tiene sobre todo para mí a nivel físico, porque llegas por la noche y estás hecho polvo. Pero estar todo el día ahí fuera lo compensa: un día te llueve, otro hace sol… cada día es diferente y para mí me recompensa.

¿Cómo es un día normal de un recolector de setas?

Me levanto temprano, de noche, desayuno y ya me voy: si es otoño al pinar y si es primavera a los prados. Y no paro a comer hasta que no vuelvo a casa.

¿Y cómo funciona el proceso de venta?

Yo llego a casa con las setas totalmente limpias del monte, sin tierra. Las trato con muchísimo cuidado porque si no pierden valor. Una vez en casa, las selecciono en cajas y directas a vender. Siempre se las llevo a Jesús, que trabaja para Laumont. Él las diferencia, las pesa y al final hace el albarán y ya está.

¿Recuerdas cuándo y cómo empezaste a trabajar con Laumont?

Siempre se las he vendido a Jesús, y Jesús lleva sobre 25 años trabajando con Laumont.

25 años vendiendo setas a la misma persona: ¿qué valoras de Jesús, comprador de Laumont?

Principalmente que siempre está ahí. Hay muchísimos más proveedores para venderles si quieres… Pero, por ejemplo, cuando empieza la campaña, tú vas y recoges medio kilo… Esto no te lo va a comprar nadie, pero vas a Jesús y está ahí y te lo compra. Y a finales de campaña pasa lo mismo.

Durante la campaña hay muchos kilos y te los podría comprar cualquiera, incluso alguno pagando más, pero no te compensa: lo que compensa es que esté todos los días.

Rubén Monforte, recolector profesional de setas

¿Qué cambios significativos has visto durante los últimos años en el mundo de las setas?

Antes había mucha menos gente buscando, mucha menos competencia. Esa es la principal, porque lo demás yo lo veo bastante parecido. Ahora se ha desfasado en la manera de buscar. Cuando yo era chiquitín, era raro la vez que veías alguna persona en el monte. Ahora pasa lo contrario.

¿Y cómo ves el futuro?

Se están haciendo cotos de setas, parece que cada día se está empezando a respetar un poco más todo, la gente se saca más el pase para ir a los cotos tanto privados como públicos. Se está concienciando a la gente: si vienen al bosque a coger algo, hay que pagar, igual que cuando yo voy a la ciudad y tengo que aparcar.

¿Qué son los cotos de setas y que función tienen?

Los cotos de setas son zonas delimitadas donde no puede entrar cualquiera a buscar setas sino que debes tener autorización tanto si es público como privado.

El objetivo de los cotos públicos es recaudar dinero para luego invertirlo en limpiar pistas, poner basuras y arreglos generales del bosque; y los privados son para el dueño de la finca, para que él tenga sus setas.

¿Qué mensaje les enviarías a las futuras generaciones de recolectores de setas?

Sobre todo, que cuiden la naturaleza. Hay que respetar la naturaleza y el monte como si fuera un mismo y tratarlo bien. Simplemente esto.

Muchas gracias por tu tiempo Rubén

¡Gracias a vosotros!

Rubén Monforte, recolector profesional de setas